dijous, 7 de gener del 2010

Final múltiple

Primer final

Se llevan a Meggie desde los calabozos, para vestirla de gala, ya que esa misma noche, Capricornio quiere que lea el libro de Corazón de tinta. Quiere que aparezca el ser mas temible del libro, La Sombra. Con eso, Capricornio quiere dominar el mundo.
Una vez vestida, Meggie sale a lo mas alto del castillo, donde le espera Capricornio y todos sus hombres.
Capricornio le confiesa, que quiere que la sombre devore a Fenoglio, el autor del libro Corazón de tinta y a su madre.
Capricornio le acerca el libro y Meggie no tiene ninguna opción, solo leer para Capricornio.
Meggie se resiste y tira el libro por el precipicio, haciendo que unos hombre de Capricornio se lanzen por el.
Capricornio enfadado bofetea a Meggie. Coge a la madre de Meggie y torturándola muere de dolor y de impotencia. Meggie se siente demasiado culpable como para reaccionar.
En ese momento, descubre a Mo y a Dedo Polvoriento, ahí Meggie y Mo se dan cuenta de que Dedo Polvoriento era un traidor.
Había hecho el chivatazo de que Mo se encontraba cerca del castillo.
Sin demasiados prejuicios, Dedo Polvoriento miró a Mo.
-Caballero aquí se a acabado mi papel, otro día llamarme para el papel de malo, que me gusta mas -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. Y tu Meggie cuida tu aspecto, ¡no querrás acabar como mama!.
Meggie con la lagrima a punto de caer por su sonrosada mejilla, se levanto y fue a abrazar a su padre. Su padre le miró a los ojos y con mucha tranquilidad respiró.
-Meggie no sufras por lo que le hagan ahora a tu padre, se fuerte.
Esas fueron las últimas palabras de Mo hacia su hija Meggie.
Nunca mas se supo de la existencia de aquella familia con un don especial...
Segundo final

Se llevan a Meggie desde los calabozos, para vestirla de gala, ya que esa misma noche, Capricornio quiere que lea el libro de Corazón de tinta. Quiere que aparezca el ser mas temible del libro, La Sombra. Con eso, Capricornio quiere dominar el mundo.
Una vez vestida, Meggie sale a lo mas alto del castillo, donde le espera Capricornio y todos sus hombres.
Capricornio le confiesa, que quiere que la sombre devore a Fenoglio, el autor del libro Corazón de tinta y a su madre.
Capricornio le acerca el libro y Meggie no tiene ninguna opción, solo leer para Capricornio.
Meggie con ojos picarones comienza a leer el libro. Aquel libro era diferente, no comenzaba con derroches de fuego, ni de agonía, comenzaba así:
-Una noche lluviosa pero cálida nació el mayor ejercito de caballeros de la civilización. Un ejercito de caballeros con dotes de valentía y de generosidad -Leía tranquilamente-. Ese ejercito de caballeros ayudaba a la gente que mas necesitaba su ayuda; luchaba contra dragones....
Capricornio corriendo fue hacia Meggie la empujo siguió leyendo él y se dio cuenta de que le había dado un libro equivocado, un libro justo.
Pero ya era demasiado tarde, de aquel libro salió un ejercito de caballeros encima de sus caballos relinchando. Reconocieron la voz que había hecho que ellos saliese de aquel fascinante libro y le preguntaron a Meggie que cual era el problema.
Capricornio sin esperar ni un solo segundo se fue corriendo con su tropa al sud de América. Años después, salió en las noticias como unos afortunados, habían encontrado a un ejercito; de rasgos malvados, cicatrices, huesos rotos... Mo apagó el televisor abrazó a Meggie, a su mujer, a Dedo Polvoriento y a Kassin y nunca nadie jamás volvió a separarlos.

Lectura de un capítulo

Capítulo: SOLO

No puedo subir el audio del capítulo, pero lo tengo echo!

1000 palabras una imagen

Un capítulo de forma teatral

UN FALSO FINAL


Después de que Mo hubiera finalizado su historia, Fenoglio guardó un prolongado silencio. Paula había emprendido hacía rato la búsqueda de Pippo y Rico. Meggie los oyó corretear por el suelo de madera del piso de arriba, de acá para allá, saltando, resbalando, riéndose y gritando.

-jajajaja, no vas a pillarme- se escuchó cómo chillavan-.

Sin embargo, en la cocina de Fenoglio reinaba tal silencio que se escuchaba el tictac del reloj colgado de la pared, junto a la ventana.

-Tiene esas cicatrices en la cara, ya sabe, ¿no...?- miró interrogante a Mo.

Éste insistió.

-Sí, lo sé.

Fenoglio miró por la ventana.

-Las hadas curaron los cortes -informó-. Por eso quedaron sólo unas sutiles arrugas, apenas tres rayas pálidas en la piel, ¿no es así? -el viejo se volvió hacia Mo en demanda de respuesta.

Éste asintió. Fenoglio volvió a dirigir la vista hacia el exterior. Por la ventana abierta de la casa de enfrente se oía discutir a una mujer con un niño.

-En realidad ahora debería sentirme orgulloso, muy orgulloso -murmuró Fenoglio-. Todo escritor desea que sus personajes estén llenos de vid, y los míos han sido directamente de su libro.

-Mi padre los sacó leyendo en voz alta -explicó Meggie-. Y puede hacer lo mismo con otras obras.

-Ah, ya -Fenoglio asintió-. Me alegra que me lo recuerdes. Si no, puede que me considerara un diosecillo, ¿No es cierto? Siento mucho lo de tu madre. Aunque, bien mirado, en realidad tampoco es culpa mía.

-Es peor para mi padre -afirmo la niña-. Yo no me acuerdo de ella.

Mo la miró sorprendido.

-Es natural. Tú eras más joven que mis nietos -dijo Fenoglio meditabundo acercándose a la ventana-. La verdad es que me gustaría verle -reconoció-. A Dedo Polvoriento, quiero decir. Claro que ahora me da pena haber endosado al pobre hombre un final tan desgraciado. Pero en cierto modo le pegaba. Como dice Shakespeare y dice bien: Cada uno interpreta su papel, y el mío es triste -observó la calle; en el piso de arriba se rompió algo, pero a Fenoglio no pareció importarle demasiado.

-¿Son sus hijos? -preguntó Meggie señalando hacia el techo.

-Dios me libre, no. Mis nietos. Una de mis hijas vive también en el pueblo. Vienen continuamente a verme y les cuento historias. Se las cuento a medio pueblo, pero ya no me apetece escribirlas. ¿Dónde esta ahora? -preguntó Fenoglio a Mo.

-¿Dedo Polvoriento? No puedo decírselo. Él se niega a verle.

-Cuendo mi padre le hablo de usted de llevó un susto de muerte -explicó Meggie.

<>, pensó ella, <>.

-¡Necesito verlo! Aunque sólo sea una vez. ¿Es que no lo entiende? - Fenoglio miró suplicante a Mo-. Podría seguirlos a escondidas. ¿Cómo va a reconocerme él? Sólo quiero asegurarme de que es tal como lo imaginé.

Me sacudió la cabeza.

-Creo que es mejor que lo deje en paz.

-¡Bobadas! Puedo mirarlo cuando se me antoje. Al fin y al cabo es una de mis criaturas.

-Pero lo mató -añadió Meggie.

-Bueno, sí -Fenoglio levantó las manos con aire desvalido-. Quería aumentar la emoción. ¿No te gustan las historias emocionantes?

-Sólo si terminan bien.

-¡Terminan bien! -Fenoglio soltó un resoplido de desdén... y aguzó los oídos.

En el piso superior algo o alguien había caído bruscamente sobre el entarimado; un llanto ruidoso siguió al batacazo. Fenoglio se encaminó a toda velocidad hacia la puerta.

-Esperen aquí. Vuelvo enseguida -gritó mientras desaparecía en el pasillo.

-Mo -cuchicheó Meggie-. ¡Tienes que contárselo a Dedo Polvoriento! ¡Tienes que insistirle en que no puede regresar!

Su padre negó con la cabeza.

-Se niega a escucharme, creeme. Lo he intentado más de una docena de veces. Alomejor no es mala idea reunirlo con Fenoglio. Seguramente dará más crédito a su creador que a mí -suspirando, limpió unas migajas de pastel de la mesa-. Había un dibujo en Corazón de Tinta -murmuró mientras pasaba la palma de la mano por el tablero de la mesa, como si con ese gesto pudiera reproducir la ilustración por arte de magia-. En él se veía a un grupo de mujeres suntuosamente ataviadas bajo el arco de un portón. Daba la impresión que se dirigían a una fiesta. Una de ellas tenía el pelo tan claro como tu madre. En el dibujo no se distingue su rostro, pues da la espalda al observador, pero yo siempre me he imaginado que era tu madre. ¿Qué locura, verdad?

Meggie colocó la mano sobre la suya.

-Mo, prométeme que no regresarás a ese pueblo -le rogó-. Por favor, prométeme que no intentarás recuperar el libro.

El segundero del reloj de la cocina de Fenoglio fue cortando el tiempo en rebanadas dolorosamente hasta que Mo contestó por fin.

-Te lo prometo -anunció.

-¡Mírame mientras lo dices!

Él obedeció.

-Te lo prometo -repitió-. Sólo queda un asunto que deseo discutir con Fenoglio. A continuación regresaremos a casa y nos olvidaremos del libro. ¿Satisfecha?

Meggie asintió, aunque se preguntaba qué les quedaba por discutir.

Fenoglio regresó con un Pippo lloroso a la espalda. Los otros dos niños seguían a su abuelo, compungidos.

-Agujeros en el pastel y ahora encima uno en la frente, creo que debería mandaros para casa -refunfuñaba Fenoglio mientras sentaba a Pippo en una silla.

Acto seguido rebuscó en el gran armario hasta encontrar una tirita y se la pegó a su nieto en la frente herida sin demasiados miramientos.

Mo apartó su silla y se levantó.

-Lo he pensado mejor -anunció-. Le traeré a Dedo Polvoriento

Fenoglio giró la cabeza sorprendido.

-A lo mejor puede usted explicarle de una vez por todas por qué no debe regresar a su mundo -prosiguió Mo-. Si no, cualquiera sabe lo que hará a continuación. Temo que resulte peligroso... Además, se me a ocurrido una idea. Es disparatada, pero me gustaría discutirla con usted.

-¿Más disparatada que lo que ya he escuchado? Eso es casi imposible, ¿no cree? -los nietos de Fenoglio Habían vuelto a desaparecer dentro del armario y cerraron las puertas riéndose en voz baja-. La oiré -dijo Fenoglio-. ¡Pero antes quiero ver a Dedo Polvoriento!

Mo miró a su hija. Él no solía quebrantar una promesa, y era evidenre que en esta ocasión no le resultaba precisamente grato. Meggie lo entendía de sobra.

-Esta esperando en la plaza -dijo Mo con voz vacilante-. Pero déjeme hablar antes con él.

-¿En la plaza? -los ojos de Fenoglio se agrandaron-. ¡Eso es maravilloso! -En un santiamén se plantó ante el pequeño espejo que colgaba junto a la puerta de la cocina, y se pasó los dedos por sus oscuros cabellos, temeroso quizá de que a Dedo Polvoriento le decepcionara el aspecto de su creador-. Fingiré que no lo veo hasta que no me llame -anunció-. Sí, así lo haremos.

En el armario se formó un tremendo barullo y Pippo salió trastabillado, vestido con una chaqueta que le llegaba a los tobillos. En la cabeza portaba un sombrero tan grande que casi ocultaba sus cejas.

-¡Claro! -Fenoglio arrebató a Pippo el sombrero y se lo puso él-. Eso es. Me llevaré a los niños. Un abuelo con tres nietos no es una visión inquietante ¿verdad?

Mo se limitó a asentir y guió a Meggie por el estrecho pasillo. Cuando bajaban por el callejón que desembocaba en la plaza donde estaba su coche, Fenoglio los seguía a unos metros de distancia. Sus nietos saltaban a su alrededor como tres cachorros de perro.

¿Por qué he escogido este libro?¿Qué me sugiere el título?...

Corazón de tinta

He escogido el libro, porque leyendo el resumen, algo me dijo que me gustaría. Y la verdad es que ¡no me ha fallado ese instinto! Me avisaron de que sería largo, pero muy entretenido, y así a sido. Habla sobre una niña, su padre y su madre que viven una serie de aventuras, con muchos personajes secundarios. La historia tiene un final feliz, agradable y recuperando a la madre de Meggie la protagonista, que había sido secuestrada.

El título del libro me sugería muchas aventuras, y también algo relacionado con los libros y no solo con eso sino que los libros hacían referencia en la vida de alguien. Corazón de tinta, me sugirió que por culpa de algún que otro libro sucediese algo con alguien.

Este libro es bastante largo, pero la verdad es que tengo ganas de saber como continua, ya que me he enterado de que es una saga con dos libros mas, Sangre de tinta y Muerte de tinta. Es entretenido y puedes imaginarte los personajes con claridad, quiero decir que tiene una buena explicación, entendiendo claramente lo que la autora quiere hacer llegar a sus lectores; odio, miedo, alegria, temor, rencor, salud, diversión, .. y largo etc.

Me he animado y ya me he comprado el segundo libro que sera el que decida para leer el segundo trimestre de Castellano optativo.

relación de 6 realidades.

Color, Película, canción , maquillaje, estación y dibujos animados.


Color. He escogido el color rojo porque este color me recuerda al riesgo y a la aventura, el mismo que Mo, Maggie y todos los personajes secundarios se adentraron.





Película. Corazón de tinta, ya que es la película que la autora, Cornelia Funke, creó basándose en el libro; Corazón de tinta.




Canción. Escojo “El secreto de las tortugas”. Esta canción habla sobre los sueños, que nunca pueden morir, también dice que en la vida se tiene que improvisar, no puedes llevar un plan establecido. Como la vida que llevan Mo y Maggie antes de encontrar el libro que Mo andaba buscando.




Maquillaje. El “eye liner”. Este tipo de maquillaje contiene tinta, negra. Por esa razón me hace pensar en el libro.




Estación. El invierno. Es un libro acogedor que engancha, habla sobre la familia de Maggie. Como el mismo invierno. En el libro también se menciona, que cuando paran en la librería, donde Mo encuentra corazón de tinta, hace frío y esta nevando.




Dibujos animados: Los simpsons; Bob quiere matar a Bart, pero Bart siempre acaba ganando y Bob va a la cárcel. Me recuerda al libro, porque el final de este acaba bien y Capricornio es derrotado por Meggie.
 
 

Si mi personaje fuese poeta diria...

Maggie le escribe a su madre desaparecida.

Miro, siento, me derrumbo,
y entonces me doy cuenta,
tú no estas.
Aveces mi interior contempla el fuego
que corre por mis venas,
solo el alivio de saber que estas bien,
confundiría mi trastorno de querer estar contigo.

Hablo en voz alta
imaginando que estas aquí,
así ayudo a mi cuerpo
para poder seguir luchando
y para lograr alcanzar mis metas,
saltando baches e yendo con pies de plomo.

¿Que sera de ti, que sera de mi?

Una voz recorre mi cuerpo,
me dice que estas bien,
no se si creerlo, tal vez sea un intento
de poder ahogar mi alivio,
o tan solo un sueño,
un sueño que se repite noche y día.

Cuando vuelvas aquí estaré,
esperando tu sonrisa,
esa que nos dedicabas,
una sonrisa delicada,
bonita, llena de felicidad,
aunque algo agresiva.